sábado, 3 de noviembre de 2012

ojalá tú


quiero verte
un mes, con sus 31 días sin olerte
sin oír tu risa
y tus suspiros
sin reírme por dentro mientras tu intentas que te bese
sin morirme de miedo,
y de nervios,
y de amor
recorriendo las últimas calles para llegar a tu casa respirando entrecortadamente
como con ansia, con ganas
ya sabes...

llegar a tu casa…
siempre siguiendo un patrón 
era como un rito, el que me llevaba a ti
y me encantaba
siempre las mismas calles me veían correr
correr y parar
y suspirar y reír 
mirar la blackberry nerviosa 
y tropezar 
y mirarme en el espejo de ese portal
(no sin antes vigilar que tu no estuvieses ya en la puerta esperando)
pero no,
nunca estabas
siempre esperabas a que yo te dijera que ya  estaba justo allí 
me conocías, y me conoces
mi impuntualidad la sabes bien
pero he de decir que en los últimos meses
los peores
en los que todas las noches me dormía perdiéndote 
llegaba puntual a tu casa
como si así hiciese que las cartas se posicionasen a mi favor
ingenua?
mucho, y contigo he vencido las expectativas
vivía y lo peor es que vivo 
de ilusión
de que un día te levantes y  mires esa pared
cojas el móvil
y no veas ningún mensaje mío de buenos días
y que temas 
que temas que no vuelvan a ser buenos días si yo no estoy ahí para decírtelo
y que te mueras por besarme
que tengas miedo a un enero sin mi
y que me eches de menos como nunca
como siempre
que en un segundo de odio a todo... me quieras
como si no hubiese mañana
como si te ahogara la incomodidad de vivir sin mis enredos
como si el hueco de tu clavícula pidiese a gritos mi presencia
como si todo te recordase a mi 
y sin ninguna razón necesitases escuchar mi nombre en alguna voz conocida
y saber de mi…de como sigue la curva de mi cintura y cuanto me ha crecido el pelo
encontrarte conmigo y decirme
`no te muerdas los labios pequeña, que para eso ya estoy yo´
y que me buscases
con la mirada perdida porque no estoy yo para cogerte fuerte del brazo y guiarte
que subieses allí arriba y rezases con todas tus fuerzas para encontrarme allí sentada
y que te mirase y sonriese
como si nada hubiese pasado
como si llevase allí sentada esperándote desde un día de febrero
y hubiesen pasado a penas horas
y refunfuñase
`ya te vale idiota, has tardado mucho, y tengo frio´
OJALA digo
y esa palabra juro decirla solo cuando de verdad (te) deseo
ojalá este ahora sentadita allí arriba
con las piernas colgando
mirando el oleaje a mis pies
esperándote con la seguridad de que llegarás
tarde o temprano
pero llegarás
y todo esto sea un mal sueño, simplemente la agonía musa de todo escritor y de mi

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